Fue en el mes de agosto de 1959 cuando el sindicato Unión Judicial Bonaerense y la entidad civil Asociación Poder Judicial sentaron las bases para que pocos meses después, se formará el Gremio. Para ser exactos el 3 de junio de 1960, se constituyó formalmente la Asociación Judicial Bonaerense.
Ese fue definitivamente el salto de calidad, la cristalización de los ensayos de organización gremial de las y los trabajadores judiciales bonaerenses llevados a cabo durante las décadas previas.
Vale destacar que el nacimiento de nuestro sindicato coincidió con la Guerra Fría que irrumpió en el mundo después de la Segunda Guerra.
Cuando el compañero Omar Gorini pensó un sindicato de los trabajadores judiciales bonaerenses desde antes de 1960 el Poder Judicial, se ofreció gran resistencia y los fundadores nunca olvidaron que cuando se hicieron las primeras asambleas para discutir la idea de un sindicato, aparecían trabajadores y trabajadoras judiciales tratando de obstruir el desarrollo al grito de: “Libertad, libertad”.
Pero finalmente no pudieron con la voluntad que se fue construyendo y nació un sindicato con Unidad Pluralista y sus primeros hombres y mujeres fueron naturalmente los que sabían del ABC de la solidaridad y tenían el reconocimiento de sus compañeros de trabajo.
Esto abrió el camino de una construcción gremial que, con profundos debates, consolidó un modelo de organización sindical del que estamos orgullosos y orgullosas.
Un gremio donde quienes efectivamente toman las decisiones relevantes son las y los trabajadores en asambleas en los lugares de trabajo, y los representantes políticos (elegidos por la voluntad popular) participando y debatiendo en los Congresos Provinciales.
Mientras nacía la AJB el mundo se debatía entre en comunismo y el socialismo.
La Guerra Fría, en el mundo de aquella época el capitalismo como recordarás tenía profunda preocupación por el discurso del campo socialista y debía empardarlo con otro que conocimos como el capitalismo de bienestar. Asi, en Argentina, en la constituyente de 1957 que se hizo en Santa Fe sancionaron una nueva Constitución que ofreció parte de derechos sociales en su artículo 14 bis, queriendo hacer olvidar la de 1949 y que anuló la revolución fusiladora.
Acá y en la región EE.UU apareció con un discurso similar a partir de 1961 cuando en la Casa Blanca en una recepción para los embajadores latinoamericanos John Kennedy anunciaba el plan de ayuda económica, política y social para América Latina, conocida como Alianza para el Progreso. Duró diez años y no vimos nada que ayudara al progreso en la región.
Este análisis de nuestra historia que es muy rica en experiencia tendría que ser parte de la discusión política con todos los compañeros de militancia. Y tener el debate necesario para construir un proyecto político sindical actualizado a esta época que ahora se nos presenta como de nuevas transformaciones y desafíos en un mundo que cambió y seguirá cambiando a pasos acelerados. Esperamos poder leer la realidad lo mejor posible y que la suma de voces que participen nos permitan avanzar en un proyecto común.