Amanecía el 3 de junio de 1960.
Los miles de judiciales, “..desde la categoría menor hasta la de Secretario inclusive..”, de la Provincia de Buenos Aires ya éramos un gremio y habíamos votado juntarnos en un único sindicato provincial: La AJB.
Los representantes de todos los departamentos judiciales de entonces nos reunimos en La Plata, discutimos largamente cómo dar forma y los objetivos aun vigentes al mandato que cumplimos. Plenos de convicción y fundadas esperanzas, nos pusimos de pie para gritar nuestra alegría y abrazarnos fraternalmente.
El árbol estaba plantado. Creció hasta lo impensado y sigue en pie dando sus generosos frutos. Su sombra nos ha protegido y nos ampara frente a tantos abusos sembrados por dictadores, gobiernos vergonzosos y la justicia paternalista contra el pueblo y, en especial, contra los trabajadores.
Miles y miles de compañeras y compañeros han luchado y luchan solidaria e intensamente, hasta con sacrificio personal, para sostener y fortalecer esa obra. De otro modo no hubiera sido posible este presente tan vigoroso y digno de nuestra AJB. Les doy las gracias por haberme permitido vivir tan de cerca esta experiencia enriquecedora.
Por la AJB, por los trabajadores, por el pueblo y por la patria.
Antonio Cortina