“El proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, que tiene un determinado fin político, no es representado a través de pedantescas disquisiciones y clasificaciones de principios y criterios de un medio de acción, sino como las cualidades, los rasgos característicos, los deberes y necesidades, de una persona concreta, despertando así la fantasía artística de aquellos a quienes se procura convencer y dando una forma más concreta a las pasiones políticas” Antonio Gramsci
Durante los últimos días volvimos a ser testigxs de una muestra de amor popular que seguramente quedará guardada en lo más profundo de nuestros corazones. El fallecimiento de Diego Armando Maradona, El Diego, no pasó inadvertido no solamente en nuestro país sino en el mundo entero. Este suceso abrió un sinfín de homenajes y discusiones de las cuales nos sentimos parte.
Es imposible describir un solo Maradona, como lo esbozo el periodista Cherquis Bialo, no existía un solo Diego. Había no menos de ocho o nueve que formaban a la misma persona. Esos “Maradonas” no estaban exentos de contradicciones, esas de las cuales somos parte todxs aquellxs que formamos una sociedad que cultiva el individualismo y el machismo por sobre cualquier intento de construcción colectiva. Sin intención de desandar un interminable camino de juicio de valor sobre la vida del 10 consideramos que lo importante es lo que él generó en la nuestra (Fontanorrosa dixit).
Aflora una pregunta ¿Qué tiene que ver Maradona con el sindicalismo? Bueno, hay un diez para todxs. Allá por los años 90 la FIFA era presidida por el brasileño Joao Havelange, el mundo del fútbol vivía una explosión comercial y las grandes multinacionales pretendían exprimir el negocio hasta la última gota. Esa intención recaía sobre todo en las espaldas (piernas) de los jugadores quienes eran considerados una mercancía. En 1995 Maradona logro reunir a una serie de figuras mundiales que luego de algunos encuentros dieron su primer puntapié en un amistoso disputado en Barcelona en una jornada contra el racismo y la discriminación. Así se crea la Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales (A.I.F.P.) que tenía como eje principal la necesidad de “humanizar la profesión de futbolista” ante el avance de los negocios multinacionales. La incitativa no logró grandes avances y la lógica del negocio se impuso. Tanto que hace poco tiempo el futbolista del Real Madrid, el alemán Toni Kroos, crítico a la FIFA y a la UEFA por la organización de competencias y reclamo la creación de un sindicato de jugadores.
Esta experiencia maradoniana dejo, como de costumbre, frases del Diez a las cuales como organización sindical adherimos sin dudar. Algunas de ellas son: “Tenemos que luchar por un gremio fuerte, porque la gente no va a la cancha por los dirigentes” o “grandes son aquellos que a pesar de ser juzgados por ser quienes son, no cambian para complacer a nadie”
Esta propuesta tiene como fin nombrar a la cancha de fútbol 11 de nuestro predio Malvinas Argentinas con el nombre de DIEGO ARMANDO MARADONA y a su vez pintar un mural en la pared que conforman los cuerpos de baños que dan a la cancha en homenaje no solamente al mejor jugador de fútbol de todos los tiempos sino también al amor popular que supo despertar.
Para esta tarea convocamos a lxs compañerxs judicialxs muralistas que quieras contribuir con su arte en el diseño y realización del mismo.